lunes, 29 de septiembre de 2008

Día 10. Despedida y… ¿cierre?

Lo interrogo porque con el debate ahora reabierto sobre el cambio de fechas continuaré escribiendo en el blog, pese a que su intención era sólo narrar lo ocurrido en el Campamento durante los diez días festeros, o al menos lo que aquí el que escribe veía. Aún así, he de advertir a los escasos lectores de que mis opiniones sobre este asunto serán personales, aunque informaré de las decisiones a las que he tenido acceso por mi condición de ‘Enemigo’.
Sobre la noche del domingo, último día de Fiestas para aquellos que no irán al desmontaje, decir que el castillo de fuegos artificiales me pilló de camino con la gran dama hondera y que pudimos terminar de verlo, como es tradición, en la base balear. Rompiendo la costumbre adquirida hace seis años, cuando ambos entramos en los mercenarios, hemos acudido al Campamento sin vestir de hondero… la razón… es un periódico.
No obstante, como no, los gyntonics han caído, aunque sólo dos esta vez. El recinto festero ha sido desolador. Tan sólo un par de vestimentas por caseta y poco más.
Escipión y Emilia Paula han venido a despedirse como personajes romanos a la voz de: ‘gracias por todo’. No hombre, no, gracias a vosotros dos por acordaros de todos. Han sido tres años de amigos. Qué todos los sucesores tomen ejemplo. Aníbal e Himilce, aunque no aparecieron, o yo, al menos, no los vi, también han cumplido con su tarea y con nota.
Retirada antes del cierre, que es lo que toca cuando al otro día tienes currele y ya casi nadie acompaña y la faena en el cuerpo se nota sobremanera.
Diez días guapos, guapos. De verdad.
Y ya, pensando en el próximo año.
'Siempre preparados', Alejandro.

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