Y arranca esto de las Fiestas. Ya he incumplido mi promesa de escribir na más llegar a casa, pero es lo que tiene que cuando uno se quita el traje y va a su habitación, encuentra a su ahijada durmiendo y no puede dedicarse a este blog patético.
Comienza el día en el Montana... 'oye que yo he trabajao en discotecas...' En fin, o an fan... Y que sigue la cosa por anca el Piero y la mejillonera, donde floreros de cerveza dan espacio para escuchar a Boris Izaguirre, Rajoy, Zapatero, Trillo... que han venido este año a dar el pregón. Luego toca ir al pasacalles, pero los Navalis me tienen secuestrao en plan como soy mercenario me vendo fácil y me voy con ellos sin desfilar ni na. Boulebar espera y la parada se hace inevitable.
Demasiados puntos suspensivos estoy yo poniendo aquí. No es que sea un recurso en plan omito cosas que no puedo poner, sino que estoy de espeso pa arriba y no me salen las palabras. Pues eso, que se va Melón y allí nos quedamos intentando hacer piña, cuando te encuentras a esa gente, también guapa, siempre, que hacía casi cinco años que no veías e incluso con la que no hablabas... y te das cuenta de que a veces has sido un poco (y un mucho también) gilipollas y no entiendes como dejaste de hablar con ciertas personas que te han definido como tío que eres. (Eso ha quedado demasiado filosófico, así que prometo no volver a hacerlo). Total, que uno se sorprende a las nueve de la mañana, o diez, pidiendo un café con leche en el Boulebar, después de desayunar junto al Corte Inglés... Espectacular!!
En dos horas toca Numancia-Cartagena... Las botas me han dejado los pies un tanto destrozados... La bolsaca de la panadería de esta mañana está en mi salón, sin abrir, con toda la compra ahí esperando a no sé quien, porque el que suscribe acaba de comerse un puré de patatas con pechuga que ha sentado bien, pero que está dando paso a una tortuga, que no se yo si será galápago... Oye, un abrazo.
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