sábado, 29 de septiembre de 2012

Día 8. 2012. Aquel de los pies de burro o del mira tú que pa un rato bien, pero la gaita ya me está tocando la serpiente

Esto lo leeréis pocos porque estais desfilando cuando yo estoy perdiendo el tiempo en el curro escribiendo esta entrada, pero es lo que tiene esperar a que me lleguen las fotos. Aviso, el tráfico de influencias me dice que muy posiblemente mañana aparezca una fotico de los Honderos Baleares en algún diario local. Pues bien, buena noche la del viernes, pese a las lluvias torrenciales que cayeron durante la mañana y primera hora de la tarde que obligaron a cerrar el Campamento hasta las nueve de la noche, arriba o abajo. El fresquito reinaba en el ambiente y por eso el menda, se cogio la capa, la mía, la negra, después de quitarme los caniches de las botas para cederlos al sustituto tras cumplido el objetivo. No diré que llegue temprano a Ebussus, porque no fue así, claro. El curro es lo que tiene, pero bueno, me adapté... La cosa empezó flojica debido al fresco y a que a los cartageneros y a los festeros luego a luego más, la lluvia nos clava en los sofases de nuestras casas. Pero como en Ebussus nunca llueve, pues nosotros en nuestra línea y con peña. Sobre la apuesta climatológica, yo creo que te están tomando el pelo, Dani, pero tú sabrás. El sigrams de binfiter tónica de Larios, rico, rico. Poco a poco la noche va cogiendo color, o mejor dicho yo lo voy cogiendo y allá que aparecen los de Sagunto para invadirnos. Nos pillan robándoles el carromato, ponen mala cara y cedemos ante la muecaperro pa no tener jaleos. Eso sí, una invasión es una invasión y aquí van unas cervezas, que todavía queda barril de invasiones, pa quien lo quiera saber. También aparecieron celtas y gente de bien para beber de Mars y subir a muchachas (y algún que otro muchacho) al Dios. El Mazin y yo nos dimos un voltio por la manzana justo en el instante en el que entraban dos ex... Justo a tiempo macho, justo a tiempo. Visitamos Hoplitas que hay elección de Mister Campamento. El elegido es el caudillo íbero... Aquí ha habido tongo. Y es que las cabras siempre acaban tirando al monte, y el rapto de la cabra-dios tira mucho. Seguimos ronda pero en dirección ya a Ebussus, que si estamos mucho tiempo fuera nos resfriamos. Al regreso, un tumulto de peña (la mayoría honderas) está bailando en la puerta la canción del cocinero, del carpintero o del pelotari, no se mu bien, y otras composiciones igual de vacías, pero mola el cachondeo. Luego se vuelve pa dentro que lo de la puerta está mu bien, pero fuera de Ebussus, de momento, no tenemos barra... De momento... Visita acostumbrada a Magón y regreso a la tropa que ha sobrao de la cena y ahora después se sacarán unos tapers. Y aquí que están los gaiteros, cuando quitan la música (y alguno mientras sonaba la música), dándole cuerda a los sacos con flautas que llevan bajo el sobaco. Y claro, viendo que parecen tener más hambre que en fin, pues se aguantan los chopitos, calamares y demás. Pero viendo que son cansinos y que no hay forma de echarlos, ni con luces ni sin luces, pues uno que toma la comarcal 30 pa pirarse a casa, no sin antes probar los dos bizcochos de la Lidia, que están espectaculares. PD: Y sobre los pies de burro, o de media caña, pues otro invento del Quiño para campamento, ni botas ni chanclas, que ha llovido y unas mohicanas (también llamadas pisamierdas, más gracioso y cartagenero) con unos pellejos encima te salvan un resfriao.

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